Esta semana comenzamos una serie de entradas centradas en las técnicas de repostería
básicas. De esta forma, poco a poco, podremos ir conociendo las reglas que
rigen esta "ciencia" y, adquirir las destrezas necesarias para
realizar con éxito todas las elaboraciones que nos propongamos.
Empezamos con las masas o pastas secas. En este tipo de masas se incluyen las bases para tartas (brisa, sablé, azucarada, etc.), las pastas de té y el hojaldre. Hoy veremos las técnicas para preparar las 2
primeras masas, ya que al hojaldre le dedicaremos una entrada en exclusiva.
Las características principales de estas pastas son su gran friabilidad y su ausencia de cuerpo. Es decir, que tienden a
desmenuzarse y pulverizarse muy fácilmente. Estas propiedades se consigue impidiendo
que se hidrate el glúten de la harina. Además, se denominan secas porque, tras la
cocción, se muestran con textura seca e incluso crujiente.
Se pueden preparar con antelación, ya que se pueden conservar unos
días en el frigorífico (dependiendo de la caducidad de sus ingredientes).
Incluso se pueden congelar, teniendo la precaución de descongelarlas en la
nevera el día anterior al de preparación de la tarta.
Todas estas masas necesitan enfriarse para que se puedan estirar
con el rodillo. Si tienes prisa, te puedes saltar este paso. Mete la masa en
una manga pastelera con una boquilla lisa y cubre el fondo del molde
aplicándola en forma de espiral.
Métodos de
elaboración
Para elaborar estas masas se pueden utilizar 2 formas de integrar
los ingredientes: el sableado o la emulsión. Aunque hay pasteleros que
prefieren utilizar uno u otro método según el tipo de pasta, en realidad, ambos
métodos son intercambiables. Las explicaciones de las progresiones de
trabajo que vamos a revisar, se pueden utilizar para preparar las masas a mano
o a máquina (con el accesorio de pala).
Las masas se pueden enriquecer añadiendo,
por ejemplo, frutos secos en granillo o en pasta, ralladuras de cítricos, etc.
También se pueden elaborar con sabor a chocolate, sustituyendo un 10% del peso
de la harina por cacao en polvo y siempre se deben desmoldar en frío,
para que no se rompan.
Método
1 - La emulsión
Para utilizar esta forma de preparación, todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente. Consiste en emulsionar la mantequilla, el azúcar y los elementos líquidos, para finalizar añadiendo la harina:Método 1 - La emulsión
- Comienza trabajando la mantequilla hasta punto de pomada, sin airearla ni blanquearla, simplemente amasándola con la mano.
- Añade el azúcar e incorpóralo.
- Agrega los huevos, integrándolos de 1 en 1. Puede que no se integren bien y que la mezcla tome aspecto de cortada. No te preocupes, al añadir la harina, la masa se volverá homogénea.
- Incorpora los líquidos y amasa hasta que se liguen a la emulsión. Dependiendo de la cantidad de leche o agua que lleve la receta, puede que cueste unirlos a la mezcla de mantequilla, azúcar y huevos. No desesperes, trabaja con paciencia que se acaban incorporando en su totalidad, o casi.
- Por último, añade la harina tamizada junto con la sal y mezcla hasta obtener una masa de estructura arenisca, pero perfectamente unida. Evita trabajar la masa en exceso, para que no tome elasticidad.
- Envuelve la masa en papel film y refrigérala media hora, mínimo.
1. Mantequilla en punto de pomada / 2. Mantequilla y azúcar integrados / 3. Añadir huevos de 1 en 1 |
4. Huevos integrados en la emulsión / 5. Añadir los líquidos / 6. Líquidos incorporados |
7. Agregar la harina tamizada / 8. Mezclar todo hasta que se incorpore la harina / 9. Filmar y refrigerar |
Con este método, al agregar la harina a la mezcla de grasa, azúcar
y líquidos, ésta se integra con tal rapidez que no da tiempo a que se hidrate
el gluten y la masa se vuelva elástica. Durante el reposo en frío, la masa coge
el suficiente cuerpo para poder estirarla con el rodillo. Hay que hacerlo
rápidamente y sin que se caliente, si no, se vuelve pegajosa y hay que volver a
refrigerarla.
Método 2 - El sableado
- Tamiza la harina en un bol y añade el azúcar y la sal. Mezcla todo.
- Añade la mantequilla, muy fría, en daditos. Ahora hay que frotar los ingredientes entre los dedos, formando una masa arenosa, hasta que no quede ningún resto de mantequilla.
- Añade los ingredientes húmedos (huevos, claras, agua, leche, etc) y amasa hasta que se incorporen, pero sin trabajar la masa en exceso.
- Envuelve en papel de film y refrigera al menos media hora.
1. Tamizar harina / 2. Añadir azúcar, sal y mantequilla / 3. Frotar ingredientes hasta formar masa arenosa |
4. Incorporar los líquidos / 5. Amasar hasta que se integren los ingredientes / 6. Filmar y enfriar |
En el sableado a medida que se forma el granulado fino, la materia
grasa va recubriendo las partículas de harina, y de este modo las
impermeabiliza. Como el gluten se encuentra encerrado en estas partículas, no
hay peligro de que se hidrate cuando se incorporan los líquidos.
Masas secas para
bases de tartas
Bases para tartas, hay muchísimas. Se puede intentar clasificarlas
o darles nombre según los ingredientes que integren, pero lo importante es que
estén ricas y que sepamos cómo elaborarlas correctamente. Aún así, creo que es importante conocer
las masas más básicas, para que sepamos reconocerlas y hablar de ellas
correctamente:
- Pasta brisa (Brisée) - Puede ser dulce o salada (base para quiches y demás repostería salada).
- Pasta quebrada - Hay reposteros que consideran que esta masa es igual que la brisa, de hecho, "brisée", en francés, significa rota, quebrada. Sin embargo, otros profesionales la diferencian porque tiene algunos ingredientes adicionales, como son las yemas.
- Pasta azucarada (Sucrée) - Incorpora más azúcar que el resto de las masas. Es muy rica como base de tartas de frutas ácidas.
- Pasta sablé (Sablée) - Es la más fina y friable, debido a su alto contenido en materia grasa.
- Pasta sablé bretón - Esta masa es más utilizada para hacer galletas, pero también es una estupenda base para tartas.
Existen bases típicas en otros países, como la pasta frolla de
Italia, la pasta Linzer de Austria y los cobblers, crips, crumbles, betties,
etc, del mundo anglosajón. Incluso la típica masa hecha con galletas
desmenuzadas y mantequilla se puede considerar como una masa seca, ya que el
resultado después del horneado es similar al del resto de las bases para
tartas.
¡Y esto es todo, amigos!, que decía el gran Bugs Bunny. Os
deseo a todos una gran semana y espero que reservéis fuerzas para el lunes que
viene porque... ¡comenzamos a cocinar!.
Gracias por el aporte, muy instructivo y sencillo :)
ResponderEliminar¡Muchas gracias Samuel!. Me alegro mucho de que te haya gustado el post. Es justo lo que esperaba que fuese, instructivo y sencillo. ¡Un saludo!
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