Pues ya hemos llegado a la última entrada del año. ¡Madre mía!. Si
hace nada estábamos preparando plum cakes y magdalenas. O celebrando la Semana
Santa con unas torrijas cómo sólo mi abuela sabía hacer. O celebrando el primer aniversario del blog. O empezando a practicar la técnica de las masas batidas ligeras, en la que ahora estamos inmersos, bien embadurnados de harina. :)
Y sí, la última del año, porque me voy a tomar un par de
semanillas de descanso del blog, para poder centrarme en celebrar estas fiestas
con mi familia y disfrutar de cada día al máximo. Así que ya no vamos a volver
a vernos hasta... ¡el año que viene!. 2016. Año par y bisiesto. Espero que nos
depare muchas cosas buenas a todos.
Así que nada, antes de irnos de vacaciones quiero compartir con
vosotros esta genial receta de "Galletas de azúcar para decorar",
pensada para personas con intolerancia al huevo y para todos nosotros, porque
están riquísimas. Se comen casi como pipas, es empezar y no poder parar de
comer una y otra, y otra... hasta que se acaban. Y entonces preparas más,
porque son super fáciles de hacer y se elaboran en un momentín. Y te las comes
otra vez. Y vuelves a cocer otras pocas. Y así hasta el infinito, en un bucle
continuo con aroma de vainilla. ¡Qué ricaaaaaaaaaas!.
Este tipo de galletas se llaman "de azúcar", no porque
tengan mayor contenido en este ingrediente, sino por una traducción literal del
inglés "sugar cookies". Son las que utilizan muchísimos decoradores
de galletas para realizar sus creaciones, gracias a la facilidad que tiene la
masa para extenderla con el rodillo y para cortarla con los cortapastas de
formas.
Yo soy super fan de las galletas decoradas. Me encanta ver vídeos
y explicaciones de cómo elaborarlas, y alucino con los diseños tan bonitos que
crean algunos artistas. Y soy seguidora de algunos blogs dedicados a estas
maravillas. Aunque he de confesar que es mi asignatura pendiente. Alguna vez he
intentado hacer alguna cosilla y practicar con la glasa real y la manga
pastelera, pero hay que dedicarle muchas horas y siempre estoy con la ganas,
pero nunca encuentro el momento.
Sin llegar a ese nivel de perfección, nosotros también podemos
realizar unas galletas decoradas más sencillas y muy aparentes, utilizando
sprinkles que podemos comprar en cualquier tienda y algunas líneas sencillas
hechas con un glaseado de azúcar glace y agua (para que también sea sin huevo).
Son una idea genial para pasarnos la tarde disfrutando con los más pequeños. ¡Vamos con ellas!.
Galletas de azúcar
para decorar - Sin huevo
(Para unas 30 galletas)
Ingredientes
- Para las galletas
- Mantequilla - 115 g
- Azúcar - 100 g
- Yogur griego - 1 cda
- Extracto de vainilla - 1 cdta
- Harina - 190 g
- Sal - 1/4 cdta
- Para la decoración
- Sprinkles variados
- Azúcar - C.S.
- Leche - C.S. (para pintar algunas galletas)
- Azúcar glace - 50 g
- Agua, zumo de limón, zumo de naranja - 1'5 cdta (al gusto)
- Colorantes alimentarios
Elaboración
Comenzamos preparando todos los ingredientes para que se atemperen
a la temperatura ambiente. Es necesario que la mantequilla esté muy blandita,
en punto pomada, porque vamos a utilizar la técnica para masas secas de la emulsión.
En un bol, trabajamos la mantequilla hasta
que esté muy cremosa. Añadimos el azúcar y mezclamos bien. Incorporamos el
yogur y la vainilla. Tamizamos la harina, junto con la sal, y mezclamos con una
cuchara o una lengua poco a poco. Cuando la masa se empiece a amalgamar,
terminamos de unirla con la mano hasta que se forme la pella (recuerda no
amasar en exceso para que la masa no se vuelva elástica y pierda textura).
Envolvemos en papel film y enfriamos en el frigo hasta que endurezca.
Para dar forma a las galletas podemos utilizar cualquier
cortapastas que nos apetezca. Para hacer estos abetos de Navidad, puedes
utilizar la pistola de galletas (aunque en este caso, no hará falta enfriar la
masas), un cortapastas o simplemente, cortar triángulos ayudándote de una regla
y un cuchillo.
Una vez fría la masa, la extendemos sobre una superficie
enharinada. Hay que darle un grosor de unos 5-7 mm. Puedes hacerlo a ojo o
ayudarte de unas guías cortadas a la medida deseada. Después, comienza a cortar
las galletas intentando aprovechar el espacio de masa al máximo, para reducir
el número de reamasados. Cuanto más reamasemos, más se deformarán las galletas
en el horno.
Disponemos las galletas en una bandeja de horno, sobre papel de
hornear, y comenzamos a decorar algunas de ellas. Para que se peguen los
sprinkles sólo tenemos que pintar su superficie ligeramente con leche. Después
podemos pasarlas por azúcar, para que parezcan árboles nevados, o por perlitas
multicolores. También podemos distribuir estrellitas y bolitas, como si fueran
los adornos navideños de nuestro árbol. Otras cuantas las dejaremos lisas, para
poder decorarlas después de hornear con el glaseado de colores.
Volvemos a refrigerar las galletas, para que endurezcan y no se
deformen durante la cocción. Mientras tanto, precalentamos el horno a 180 ºC,
con el calor arriba y abajo. Cuando esté bien caliente, metemos la bandeja de
galletas, colocándola en la mitad del horno y cocemos durante 11-12 minutos,
hasta que empiecen a coger color. Al sacarlas del horno, las dejamos 5 minutos
en la bandeja y después las trasladamos a una rejilla para que terminen de
enfriar.
Preparamos un glaseado blanco con el
azúcar glace y el agua (o el zumo, si preferís aportar sabor). Tiene que quedar
un poco espeso, pero que fluya, para que no se nos desmoronen las líneas (si lo
cogéis con la cucharilla y lo dejáis caer en churro, los dibujos que se formen
tienen que tardar en desaparecer entre 5-10 segundos). Lo dividimos en tres
partes y coloreamos dos de ellas con colorante rojo y verde. Después, metemos
cada color en unos cornets de papel de hornear o en unas mangas pasteleras con
boquillas lisas pequeñas.
Cuando las galletas estén bien frías, seguimos decorándolas.
Podemos dibujar árboles abstractos. O hacer líneas en las galletas con las
estrellas y bolitas, a modo de espumillones. También podemos espolvorear azúcar
granulado sobre las líneas recién pintadas, para que se pegue y que parezca
nieve. O simplemente jugar con zigs-zags.
Hay que dejar que sequen bien antes de guardarlas, para que no se estropeen
las decoraciones. Es mejor conservarlas en un recipiente hermético, para que se
mantengan crujientes.
Espero que os gusten y que nos contéis a todos vuestra experiencia
con las galletas decoradas. Besotes gordotes y... ¡hasta el año que viene!.
¡Felices Fiestas a todos!
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