Ya hemos dejado atrás Los Santos y Halloween y empieza a oler a Navidad. ¡Madre mía! ¡Qué no queda nada!
Para comenzar a pensar en formato navideño os traigo unas pastas típicas de la Navidad en Escocia pero, con un toque primaveral: "Shortbread de lavanda". Una receta realmente elegante, delicada y exquisita.
La historia de los “Shortbread” se remonta al siglo XII. En origen eran unas pastas secas elaboradas a partir de restos de masa de pan, que podían endulzarse y se secaban en el horno hasta que formaban un bizcocho seco. Se conocían como “Biscuit bread” (pan cocido 2 veces) y se podían encontrar por toda la isla británica.
Con el paso del tiempo, la levadura se fue sustituyendo por mantequilla, convirtiendo los “Biscuit bread” en “Shortbread” y en un dulce de lujo, reservado a las grandes celebraciones como la Navidad, el “Hogmanay” (Nochevieja escocesa) y las bodas.
La gran cantidad de mantequilla que contienen es lo que les hace “short”, es decir, crujientes o quebradizos.
El refinamiento de estas pastas se atribuye a Mary, Reina de los Escoceses, que en el siglo XVI era muy aficionada a comer “Petticoat Tails”, shortbread finos y crujientes, aromatizados con semillas de alcaravea.
Una de las formas típicas de los “Shortbread” es en triángulos que, unidos, forman un círculo grande (“Petticoat Tails”). Existe una teoría que explica que este nombre hace referencia al nombre del patrón (“tally”) con el que se preparaban las piezas de tela usadas en la confección de enaguas (“petticoat”), durante el reino de Isabel I.
Walkers Shortbread comenzó a producir estas pastas en 1898 |
Aunque también existe otra teoría que indica que este nombre puede ser una evolución del término francés “Petites galettes” (pequeños pasteles).
Otras formas tradicionales son las pastas redondas individuales “Shortbread Rounds” y las rectangulares, llamadas “Fingers”. Todas decoradas con las típicas marcas de tenedor.
Actualmente están muy comercializadas y se pueden encontrar hasta en forma de “Scottie” (perro terrier escocés).
Existen muchas recetas y variaciones regionales de los "Shortbread", aunque los ingredientes principales son únicamente harina, mantequilla y azúcar.
Yo os propongo una variante de la receta típica, utilizando azúcar moreno y flores secas de lavanda, que aportan un aroma especial a estas pastas.
Shortbread de lavanda
(Para unas 35-40 galletas)Receta de Joy the Baker: "Lavender Shortbread Cookies"
Ingredientes
- Harina - 310 g
- Sal - 1/4 cucharita
- Flores secas de lavanda - 1 cucharada
- Azúcar moreno - 125 g
- Mantequilla - 230 g
- Huevo - 1 unidad (para pintar las galletas)
- Azúcar moreno - Un poquito para espolvorear
Elaboración
Preparamos todos los ingredientes para que se atemperen a la temperatura ambiente.
En un bol, tamizamos la harina y la sal y reservamos.
En un molinillo de café, trituramos la cucharada de lavanda con una cucharada de los 125 g de azúcar moreno. Si no tienes molinillo de café, puedes utilizar un mortero.
En un bol, trabajamos la mantequilla hasta que parezca pomada. Puedes hacerlo a mano o a máquina, con el accesorio de pala.
Cuando esté muy blandita, añadimos el polvo de lavanda y el resto del azúcar moreno y, mezclamos bien.
Es conveniente que batas la mezcla enérgicamente para que se disuelva bien todo el azúcar moreno o por lo menos la mayor parte.
Añadimos la harina con la sal y homogeneizamos.
Al principio la masa es un poco "migosa" y parece que no se va a unir pero, si continuas amasando, se termina por integrar completamente.
Formamos una bola con la masa, la envolvemos con film y la refrigeramos unos 30 minutos.
Precalentamos el horno a 180 ºC.
Mientras, estiramos la masa sobre una superficie enharinada hasta un grosor de medio centímetro.
Formamos las galletas con un cortapastas, con un vaso o con cualquier elemento redondo que tengamos a mano. También puedes darles forma rectangular usando un cuchillo o un corta-pizzas.
Disponemos las galletas sobre una placa de horno con papel de hornear, separadas unos centímetros, porque crecen un poco.
Las decoramos usando un tenedor.
Las pintamos muy ligeramente con el huevo batido y espolvoreamos con un poco de azúcar moreno.
Colocamos la bandeja en el tercio superior del horno y cocemos 12-15 minutos o hasta que doren un poco.
Cuando las saquemos del horno estarán muy blanditas, así que hay que dejar que templen unos minutos en la bandeja, antes de trasladarlas a una rejilla para que enfríen completamente.
Recuerda guardarlas en un contenedor hermético y... ¡a deleitarse!
Espero que disfrutéis un montón con esta exquisita receta.
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¡Buena semana y felices pastas!
¡Mmmm qué pinta!
ResponderEliminar¡Me comía un palé!
:P
¡Jajajajaja! ¡¡Pues acabarías un poco empachado!!
Eliminar¡Muchas gracias por el comentario Antonio! Espero que te sigan gustando las recetas que elaboramos y que algún día te animes a preparar alguna de ellas.