Este fin de semana he tenido la celebración del cumpleaños de
Carla, una de las sobrinas de mi chico. Es una niña preciosa, muy muy princesa
y muy muy cuqui. Ya le había hecho varias tartas a su hermana y a sus primos,
pero a ella nunca. Y la pobre jamás había dicho nada. No es que no le preparara
nada especial, que el año pasado nos pusimos como el Quico de milhojas de nata,
de crema y de merengue, pero nunca había tenido su tarta personalizada. Así que
de este año no podía pasar.
Hace tiempo que me habían llamado la
atención este tipo de tartas que simulan un vestido de fiesta para una muñeca y
tenía ganas de intentar una. Además, era el tipo de tarta perfecto para Carla.
Una tarta princesa, para una princesita enamorada de todas las princesas
Disney.